Mata-hari Testo

Testo Mata-hari

La bailarina china
se mira en el espejo,
aún vistiendo de luto
nos provoca deseo.
Blusa negra ceñida,
falda corta de cuero,
zapatos de tacón,
bragas, sostén, liguero.
Me besa y se despide,
dice no estar nerviosa,
más que morir le importa
que no la vean hermosa, que no la vean hermosa.
La invito a beber algo,
ella pide un deseo
que le pinte los labios
del rojo más intenso.
El público asistente
guarda silencio ahora.
Algunos la veneran
como a una gran señora.
Vive el último instante
resignada a su suerte,
presintiendo el dolor
que ha de causar la muerte, que ha de causar la muerte.
Apuntan los fusiles.
Y dan la voz de fuego,
las balas trazadoras
le destrozan el pecho, le destrozan el pecho.