La Canción Del Daño Testo

Testo La Canción Del Daño

Diciembre de repente, y ni te has enterado.
Te paras a pensar; no recuerdas demasiado.
Y eso al tiempo le da iguaL; el tiempo sigue su camino.

Revisas el correo, pones una lavadora,
escribes a personas que están en línea ahora.
Así pasan los días, así te olvidas de la muerte.

Y nadie que conoces está realmente bien.
Esto que nos han vendido no sabemos lo que es.
Quizá nunca ha existido, quizá solo sea una broma.

Y comes algo rápido, intentas digerir
toda esa información dentro de tu habitación.
Las vidas ajenas las vives como una propia.

Y te das algunos lujos que ahora llamas homenajes.
E Interpretas a tu antojo moralejas y mensajes.
Y te ves como un ser de la prehistoria.

Faltará más que cemento para hacer de esto una obra.
Faltará más que un pastor para guiar a este rebaño.
Y otra vez; otra vez... suena la canción del daño.

La canción del daño,
la canción del daño,
la canción del daño es la que quieres oír.
La canción del daño,
la canción del daño,
la canción del daño es la que quieres oír.

Y mueves varias piezas del rompecabezas,
pero no consigues ver la imagen al completo:
queda mal, nada en concreto.

Y tienes varias cosas aún por resolver
pero es que en esta ciudad hay tanto que hacer,
y si no estás disponible es posible que te den por muerto.

Es terrible empezar a conocerse de verdad.
Es terrible asumir que te adelantan a toda velocidad.
Y te conviertes en estatua.

Ha faltado un bosque entero para dar un buen paseo.
Te refugias en tu casa; te preparas un buen baño.
Y otra vez; sí, otra vez... suena la canción del daño.

La canción del daño,
la canción del daño,
la canción del daño es la que quieres oír.
La canción del daño,
la canción del daño,
la canción del daño es la que quieres oír.

Y sientes que las notas invaden el espacio.
Tu cuerpo se estremece; tu cerebro va despacio.
Reconoces esa euforia que luego da paso al llanto.
Porque estar mal, ya sabes, también tiene su encanto.
Esa sensación amarga una vez que ha terminado.
Y el consejo que recibes de quien tienes a tu lado:
¡Piensas demasiado! ¡Piensas demasiado! ¡Piensas demasiado!

Suena la canción del daño.
La canción del daño,
la canción del daño,
habla de ti.
La canción del daño,
la canción del daño,
habla de ti.